Cuando dijo Peña Nieto en un debate que la televisión no hacía presidentes, tenía razón. Un ejemplo es Marcelo Ebrard, es el político que más ha aparecido en la pantalla chica en los últimos años, pero sigue siendo un personaje débil y gris.
Patrocina a medios alternativos como Sin Embargo Mx; tiene a
su disposición su línea editorial (periódico digital golpeador de la izquierda).
Y a pesar de todo este apoyo y poder que le da ser el jefe del gobierno capitalino,
no es alguien influyente.
Si no le alcanzo para ser candidato de las izquierdas cuando
estaba en su mejor momento, menos le alcanzará después que ya no sea nada. Hoy
vimos en el Senado que Andrés Manuel López Obrador sigue siendo el referente de
la izquierda. Con la estrategia que sea, pero lo es.
La lucha sin duda para la candidatura del 2018 por las
izquierdas —si es que optan por unidad—será entre Miguel Ángel Mancera y Andrés
Manuel López Obrador, veo muy difícil que salga y se posesione por ahí, en un
corto tiempo, otra figura para competir en las próximas elecciones federales.