miércoles, 21 de noviembre de 2012

Cómo pequeñas cosas pueden hacer grandes diferencias

Enrique Aquino

Pequeñas acciones, que se potencializan con el poder de las redes sociales, pueden generar grandes cambios.  De eso trata el libro que escribió hace 12 años Malcom Gladwell  El umbral del cambio: Cómo pequeñas cosas pueden hacer grandes diferencias (The Tipping Point: How Little Things Can Make a Big Difference).

¿Se acuerdan de Josmar Flores Pereira? Es el predicador boliviano que en el 2009 intentó secuestrar un avión de Aeroméxico amenazando con hacer estallar un artefacto explosivo —que en realidad eran dos latas de Jumex rellenas de tierra—. Pues él, junto con otros cuatro reclusos  —que se encontraban en huelga de hambre—, grabaron un vídeo donde se aprecian irregularidades dentro del Reclusorio Oriente.  

El pasado 15 del presente mes, una persona que se hace llamar Roberto Navarro Acosta —supongo que es un pseudónimo—, subió el vídeo a YouTube muy bien editado, el cual lleva como título: Presos de México claman al mundo “JUSTICIA”. El material audiovisual rápidamente se viralizó por las redes sociales hasta que tuvo como efecto la destitución de tres custodios que fueron captados realizando presuntos actos de corrupción dentro del Centro de Readaptación Social.
Pero ayer en la tarde, la subsecretaria del Sistema Penitenciario capitalino, informó también la destitución de José Antonio Quintanar, quien fuera titular de dicha cárcel. Quintanar fue acusado por los cinco internos, encabezados por Josmar Flores, de ser el presunto responsable de ordenar y recibir el cobro del dinero que hacen los custodios a reos por el pase de lista.

La lección que nos deja esta historia es que ahora, gracias a las redes sociales, las personas estamos mucho más conectadas, y el uso de estas nuevas tecnologías pueden desencadenar cambios positivos. Estos reclusos se veían atrapados en una situación que es muy deplorable —y no es la única cárcel así en e país—, pero gracias a una buena estrategia pudieron denunciar y conseguir que fueran exhibidos estos presuntos funcionarios corruptos.
Algo queda claro, ya no somos los ciudadanos silenciosos que no podían denunciar anomalías por falta de espacios en los medios de difusión tradicionales. Tenemos el poder de las redes sociales para generar grandes cambios. Una pequeña acción (grabar un vídeo y subirlo a YouTube) generó un cambio (que apartaran de sus cargos a las autoridades del Reclusorio Oriente por presuntos actos de corrupción).

Si hemos criticado muchas veces al jefe del  gobierno capitalino, Marcelo Ebrard, en esta ocasión hay que reconocerle su sensibilidad y su buen actuar en este caso. Más no así a Jesús Zambrano, que sigue solapando al diputado Rubén Escamilla, después de que fue exhibido en un vídeo en el que una mujer le otorgaba favores sexuales a cambio de una plaza de trabajo en la burocracia local, no ha pedido licencia para retirarse de su cargo. No se nos olvida.

Por último, a los funcionarios, empresarios y  jefes de instituciones, tengan en cuenta que ahora se puede viralizar contenido grafico y audiovisual en unas cuantas horas. Hay más de 90 millones de celulares en el país que nos vigilan. Otro ejemplo reciente fue el  caso del jefe coreano que pateó a su empleado mexicano en la planta Sam Won asentada en Querétaro. Recomendación, cuando veas las barbas de tu vecino cortar, pon las tuyas a remojar.


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