lunes, 8 de octubre de 2012

Los mensajes mezclados del #YoSoy132 y @AdalRamones. Capriles, un demócrata

Enrique Aquino


Todo el tiempo transmitimos mensajes verbales y no verbales. Cuando ambos canales se complementan el mensaje es mucho más claro porque cada canal refuerza al otro. Sin embargo, es difícil comprender un mensaje cuando se contradice el medio verbal y el mensaje no verbal. En comunicación llamamos mensajes mezclados a las contradicciones existentes entres dos canales.

Por ejemplo, desde el tres de octubre en la red circula un vídeo del comediante Adal Ramones, ahí se puede apreciar su simpatía por el #YoSoy132 y su rechazo a Peña Nieto. Pero han sido atrapados tanto Adal Ramones, como el #YoSoy132, en las contradicciones de una comunicación mezclada.

Cuando el bufón dice “Yo soy 132”, la gente le aplaude. Me pregunto, ¿qué acaso el #YoSoy132 no estaba en contra del contenido chatarra de televisa? Entonces, ¿por qué hasta pagan por ver en vivo a un personaje creado por la televisora que tanto odian?

Adal Ramones se dice parte del movimiento #YoSoy132 el cual nació en tiempos electorales como una estrategia de marketing. ¿Está a favor de que boicoteen Televisa? ¿Renunciará por congruencia a la televisora que le dio fama?

Desde el punto de vista personal, cuando hay estas situaciones creo más en las conductas porque son más difíciles de fingir. Me queda claro que tanto Adal Ramones y una gran parte del #YoSoy132 son unos hipócritas.

Cualquier persona puede fingir que apoya un movimiento o una causa, pero lo que hace es lo que cuenta. Las acciones hablan más fuerte que las palabras. Un movimiento no se puede decir pacifista si lanza huevos, escupe a periodistas, calumnia a personas, secuestra a empleados de empresas y hace una serie de desmanes provocando violencia.

Ayer, Henrique Capriles Radonski, demostró con palabras y fue reforzado con sus actitudes que es demócrata y pacifista. Reconoció que había perdido las elecciones de Venezuela, felicitó a Hugo Chávez y, por si fuera poco, pidió calma a los grupos radicales.

Las conductas no verbales son las más difíciles de controlar, por eso mucha gente no puede ocultar su verdadera personalidad. ¿Qué se puede pensar de un hombre  que se dice demócrata, “amoroso” y pacifista, pero al mismo tiempo no reconoce la voluntad del pueblo y no llama a la calma a sus fanáticos?

Termino mi comentario y análisis con una frase de quien fue congruente con sus palabras y sus actos, Luis Donaldo Colosio Murrieta: Soy un hombre de trabajo, que confía más en los hechos que en las palabras.

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