domingo, 21 de octubre de 2012

Cómo no te voy a querer

Enrique Aquino

En el año 2001 el club Universidad Nacional, mejor conocido como los Pumas de la UNAM, atravesaba grandes problemas. Por una parte, estaba en peligro de descenso. Por otra, la gente casi ya no iba al estadio Olímpico Universitario. Pero lo más grave es que el club tenía problemas financieros, estaba en números rojos.

Altos directivos —entre ellos Juan Ramón de la Fuente— fueron a pedir ayuda a Carlos Slim Helú, hombre identificado con la Universidad y con el equipo. Él recomendó a su yerno Arturo Elías Ayub para que se hiciera cargo del club. Ese año asume el cargo como Presidente del Patronato Universitario.

Lo primero que hizo fue buscar a los líderes de las porras para que no fueran tan radicales. Porque por algunos desmanes ocurridos, las familias veían como un alto riesgo acudir al estadio Olímpico.

Empezó a contratar refuerzos que tuvieran las cualidades y características que siempre han identificado al equipo: garra, temperamento, liderazgo y el compromiso de identificarse con el club. Así, por medio de entrevistas,  junto con el cuerpo técnico, hizo un reclutamiento muy selecto y formó el equipo que a la postre sería bicampeón.

Luego, se hizo una estrategia de marketing buscando que la gente se volviera a identificar con el equipo. Muchos niños, hoy jóvenes, se volvieron aficionados de los Pumas. Con un uniforme más vistoso y una publicidad muy creativa se fue formando la época de la pumamanía.

La llegada de Hugo Sánchez, el mejor futbolista de todos los tiempos de la Concacaf, le dio el misticismo al equipo. En él, los jugadores encontraron a un líder, a un amigo y a un maestro. Es un “Crack Mental” y gran motivador. Muy incomprendido en su tiempo, pero ahora la historia le ha dado su lugar.

En el 2004 después de 13 años sin ser campeones de liga, se logra el bicampeonato. Era la época de la pumamanía en su máximo esplendor. Dos veces el Ángel de la Independencia fue testigo de la emoción y el festejo de los aficionados que cantaban y gritaban goyas. ¿Se acuerdan de las mantas y playeras con las leyendas de “Hecho en CU” y “Gatito ni madres”?

Arturo Elias Ayub deja la presidencia del Patronato Universitario en el  2005 con un buen balance. Las finanzas del club quedan en números negros. En el aspecto deportivo durante su mandato como presidente del club obtuvo los títulos Torneo Clausura y Apertura 2004, el trofeo Santiago Bernabéu, el Campeón de Campeones contra Pachuca y el subcampeonato de la Copa Sudamericana.

En esta historia real, vemos claramente que el éxito de un club depende de directivos, cuerpo técnico, jugadores y afición. La mayoría de veces cambiar de director técnico no resuelve el problema cuando un equipo anda mal; todo lo contrario, se agrava más la crisis.

Hace poco vi cómo linchaban virtualmente a Joaquín del Olmo, no lo bajaban de un inútil, hablando con palabras suaves. Ahora piden que se vaya Mario Carrillo. ¿Cambiando el director técnico se resolverán los problemas? ¿Qué porcentaje de culpa tiene el entrenador en el fracaso de un equipo? Tampoco defiendo a Carrillo, en su momento dije que la solución tampoco era correr a del Olmo.

Muchos se les olvida que Mario Carrillo fue asesor de Hugo Sánchez cuando fue bicampeón Pumas. Es bueno tener coraje cívico para ejercer nuestros derechos como aficionado. Pero también hay que exigirles a los jugadores y a los que dan las peores patadas que son los de pantalón largo.

No entiendo por qué dejaron ir a Guillermo Vázquez. El tiempo no puede volver, ahora tenemos a Mario Carillo, tal vez el que más estudia el fútbol en México. Pero si vamos a pedir la cabeza de alguien importante, esa es la de Jorge Borja Navarrete. Que deje la presidencia del Patronato Universitario, y que se vaya a atender sus asuntos personales. Aunque lleve un corto tiempo al frente del club.

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